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Críticas



Antonio Cobos.
Decano de la As. Crítica de Arte Española. Madrid.

Crítica de la exposición de Fernando Escobar en la Galería Zúcaro, de Madrid, en 1999.

Podría afirmarse que la pintura de Fernando Escobar constituye un armonioso canto lírico a la naturaleza, una enorme sinfonía de color que refleja la belleza del paisaje y la fuerza colorista de un edénico jardín contrastando con el horizonte inmenso que su paleta nos ofrece en los campos de Castilla.
Pero acaso lo más destacado de Escobar, además del gran dominio del dibujo y la inmensa perspectiva de los campos estallantes de color, es precisamente la fuerza cromática de sus composiciones y la rotundidad de sus figuras, que explican ampliamente el impacto de sus pinturas, reflejan no sólo en el límite cerrado del bastidor, sino también en la difícil técnica del mural. España y Europa han sido escenario de sus exposiciones.

El expresionismo suntuoso de Fernando Escobar.
  En estos momentos de confusionismo artístico, cuando un sector importante de la crítica de arte española entroniza la mentira desdeñando la secular pintura figurativa de la realidad, es gratificante la muestra de una pintura que tiene una vigencia absoluta a pesar de haber sido creada "a la antigua  usanza española".
  Ese es el caso de la pintura del singular artista palentino de estirpe galaica Fernando Escobar, un pintor absoluto porque además de contar con una sensibilidad exquisita y una evidente maestría de oficio, cuenta con unas dotes congénitas singulares; un dibujo recio, fuera de serie y un sentido sorprendente para el tratamiento de la luz y para la  onjugación cromática de las gamas tonales.

  Es la pintura de Escobar evidentemente expresionista, pero tiene en el orden conceptual y en el expresivo unas características especiales. Para definirla, lo más fácil sería afirmar que se trata de una pintura expresionista con resonancias "vangoghnianas".
  Pero eso sería muy fácil además de inexacto. Yo diría que el expresionismo pictórico de Esobar nació de una "conjura" de sus "gallegas meigas" sobre las laderas enterizas de la "Tierra de Campos" palentina; una tierra que por ser "polvo, sudor y hierro" puso su reciedumbre y su color en la paleta de este gran pintor.
  Se trata de un expresionismo distinto y "sui generis" porque es un expresionismo suntuoso. Hay ciertamente en la pintura de este palentino suntuosidades compositivas con unas "puestas en escena" con regustos de pintura mural. Es impresionante su tratamiento del color, jubiloso y con cercanías incluso al "fauvismo", es magistral su manera de realzar los volúmenes, y es grandioso, en fin, el tratamiento de la materia con la que consigue grosores que propician la sorpresa textual y los valores táctiles.

  Es lógico que una pintura tan fastuoso por su rico ropaje expresionista tenga un gran poder de atracción, ese que indudablemente tienen las densas creaciones del artista Escobar, pero además por debajo de ese ropaje magnífico discurre soterradamente una rumorosa corriente de poesía rebosante de ternura que deja ver el alma de este artista, y ello es precisamente lo que establece y tensa instantáneamente el hilo de La comunicación emocional.


Ramón Margareto.
Goya 2001 al Mejor Cortometraje.

Crítica de Ramón Margareto. Premio Goya 2011 al Mejor Cortometraje.

Querido Fernando:
Tu Palencia te da las gracias.

Gracias por tu permanente sed de formación, en lugares tan prestigiosos como la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Gracias por ser un viajero impenitente y mostrar tu obra en Francia, Suiza, Alemania, Italia y Holanda, cual embajador de Castilla y León en media Europa.
Gracias por tu labor docente en la Univesidad Popular y en los Talleres Municipales, y por transmitir en tus clases esa serenidad única de los grandes.
Gracias por fundar los grupos pictóricos Zaguan y Mazarrón y dar muestras de tu generosidad a la hora de reconocer el talento de los demás.
Gracias por poner la primera piedra, junto a Alberto Rodríguez Lechón, del grupo Muriel, todo un referente artístico palentino mucho más allá de nuestras fronteras.

Gracias por abrir las puertas de tu casa y fundar tu prestigiosa Academia de Pintura, verdadero nido de artistas.
Gracias por la inteligencia de tus pregones y de tu obra literaria, y por tu elocuencia como contertulio televisivo.
Gracias también por tu amor al medio ambiente, reflejado en la fundación del colectivo ecologista palentino y en tus candidaturas al Senado por los Verdes.
Gracias por tu participación en la campaña mundial “Salvemos la Tierra” y  por tu contribución, reconocida por la Unesco, a la conservación de los lugares naturales y culturales del patrimonio mundial de la Humanidad.
Gracias por tu pintura mural, que llena de alma a escuelas, matriceras, establecimientos, clubs recreativos, ayuntamientos, hoteles y restaurantes.
Gracias por tus ilustraciones y tus carteles taurinos, en la línea de los más grandes de la pintura española.
Gracias por tus numerosos reconocimientos y por conseguir deslumbrar a los críticos, a veces, tan duros de pelar.
Gracias por tu íntima relación con la literatura, reflejada tan fidedignamente en la profundidad de tu obra pictórica.

Fernando, gracias por todas estas cualidades, que han derivado en una obra genial donde habitará para siempre la Naturaleza (Castilla, la lluvia, los bosques, los pájaros, el barro, el tiempo, el agua, el paisaje, la escarcha, las laderas, las viejas casas, la infancia, los ríos, los rostros, la luz y el silencio… la vida, en definitiva).

Hoy Palencia te da una vez más las gracias por esta magnífica exposición, un ladrillo de adobe más en la construcción de una obra pictórica en permanente… construcción.

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